La Coalición Global del Kratom aplaude el rechazo del proyecto de ley de Utah y critica las regulaciones «onerosas y vagas».

En una victoria significativa para los defensores del kratom, la Legislatura de Utah archivó recientemente el Proyecto de Ley 509 de la Cámara de Representantes. Este proyecto, que buscaba imponer requisitos más estrictos de aprobación previa a la comercialización de los productos de kratom, se enfrentó a una férrea oposición por parte de la Coalición Global del Kratom (GKC). El grupo criticó las medidas propuestas, calificándolas de «onerosas e imprecisas».

Matthew Lowe, director ejecutivo de la GKC, celebró la pausa legislativa y destacó sus amplias implicaciones. «Apreciamos el deseo de los patrocinadores del proyecto de ley de abordar las preocupaciones de seguridad. Sin embargo, suspender el Proyecto de Ley 509 representa un resultado positivo para los consumidores de Utah y la industria de los suplementos dietéticos en general», declaró Lowe en un comunicado de prensa. Argumentó que las regulaciones propuestas habrían violado la ley federal, en particular la Ley de Salud y Educación sobre Suplementos Dietéticos de 1994, y establecido un «paradigma regulatorio sin precedentes».

En cambio, el GKC ha solicitado un enfoque diferente: una mejor aplicación de la Ley de Protección al Consumidor de Kratom (KCPA) vigente en Utah. Promulgada en 2019, esta ley marcó un hito, convirtiendo a Utah en el primer estado del país en establecer normas regulatorias para el kratom. Desde entonces, se han adoptado leyes similares en Arizona, Nevada y otros estados.

Sin embargo, los críticos señalan una debilidad evidente en estas medidas: la falta de fondos para su aplicación.

“La financiación para la aplicación de la ley sigue siendo un problema en Utah”, declaró el GKC. Una encuesta reciente puso de relieve el problema, revelando que el 64 % de los productos de kratom vendidos en el estado no están registrados en el Departamento de Agricultura y Alimentos de Utah (UDAF), como lo exige la KCPA.

Para subsanar esta deficiencia, el GKC ha propuesto una solución innovadora: un impuesto sobre los productos de kratom para generar ingresos destinados a la aplicación de la ley. La organización indicó que colaborará con los legisladores para explorar estas medidas en futuras sesiones.

El debate en Utah refleja las tensiones más amplias en torno al lugar del kratom en la floreciente industria de los suplementos dietéticos. Utah, centro de productos naturales y sede de gigantes de la industria como USANA Health Sciences y Nature’s Sunshine Products, genera más de 10 mil millones de dólares anuales en este sector. El estado debe gran parte de su relevancia a la Ley de Salud y Educación sobre Suplementos Dietéticos (DSHEA) de 1994, impulsada por el senador de Utah Orrin Hatch. La DSHEA permitió a los fabricantes comercializar suplementos dietéticos sin la aprobación previa de la FDA, lo que impulsó la rápida expansión de la industria.

Si bien la industria de productos naturales continúa prosperando, aumentan las demandas de regulaciones más estrictas. Como lo ilustran los debates en torno al kratom, equilibrar la innovación, la seguridad del consumidor y el cumplimiento legal es un desafío constante. Por ahora, Utah se mantiene a la vanguardia del debate sobre el kratom, ofreciendo un modelo a seguir para los estados que lidian con la regulación de este producto complejo y controvertido.

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